De entre todas las maravillas de Bath nos hemos perdido la casa de Jane Austen y una visita a una casa victoriana, ambas opciones incluían la toma del té en una "tea room", pero hemos pasado porque hemos priorizado la visita a las termas romana, y es que aunque parezca casualidad en Bath hay unos baños romanos (en realidad el mundo es más sencillo de lo que creemos...)
Los romanos llegaron hasta Bretaña. No pasemos por alto ese mérito, es decir, en un mi mundo globalizado con aviones a mi me cuesta dos horas llegar hasta aquí y los romanos llegaron antes! que tíos! no dejan de sorprenderme...
Cuando llegaron se encontraron un manantial de agua caliente, y los romanos, que eran fans de la aquaterapia, tuvieron la genial idea de hacer unas termas y baños públicos en el manantial.
Supongo que debido al frío que aquí hacia consideraron que el manantial era una bendición de la diosa Minerva y ni cortos ni perezosos allá que erigieron un templo, total que montaron aquí un "resort" alucinante del que todavía hoy se conserva una gran parte (como si eso no fuera más alucinante aun...)
Los ingleses, que tampoco son tontos, han montado un súper museo con todos los restos arqueológicos que han encontrado del mencionado "resort": la piscina principal, las termas, reproducciones en vídeo y demás reliquias que nos ha llevado más de 4 horas recorrer, eso sí, no nos hemos perdido detalle: audioguía, guía, exposiciones interactivas... No hemos dejado rincón sin explorar, os dejamos alguna foto por si nunca venís, porque no os vamos a engañar, la entrada es cara.
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